IbogaQuest
es profesional y
equipo enfocado de cuidadores
IbogaQuest empezó hace más de 15 años como un grupo de personas interesadas en ayudarnos a nosotros mismos y a los demás a sanar y cambiar con el uso de plantas sagradas y medicinas psicoactivas.
Con el tiempo, hemos mejorado nuestras habilidades y nos hemos convertido en un equipo más profesional y enfocado. Estamos listos para enfrentar y ayudar a otros a enfrentar los desafíos que vivimos en estos tiempos difíciles.
Cuidado
A lo largo de este proceso, hemos mantenido la humildad y resistido la tentación de enfocarnos en el potencial comercial de esta poderosa planta o espíritu con fines personales o institucionales. En cambio, nos hemos esforzado por construir una reputación basada en la seguridad y el excelente cuidado de los pacientes. Una reputación fundamentada en un profundo respeto tanto hacia la medicina misma como hacia las experiencias positivas de aquellos a quienes hemos tenido el honor de servir.
Nuestra intención
es servir con
compasión
Aspiramos a tratar a todos los que buscan nuestros servicios con compasión.
Buscamos honrar y nutrir a la persona más allá de la adicción, el problema psicológico o emocional, o el bloqueo espiritual que actualmente se manifiesta como sufrimiento y turbulencia.
Aunque trabajar con esta planta es gratificante por sí mismo, lo que realmente nos mueve es ver una transformación real en aquellos que confían en nosotros para su cuidado.
Una selección cuidadosa,
el cuidado previo
y el cuidado posterior
son aspectos integrales para una sanación óptima.
Hemos llegado a entender la importancia de una selección cuidadosa y una comunicación clara, así como los beneficios de un buen cuidado antes y después del tratamiento como aspectos fundamentales para una sanación óptima.
Lamentablemente, no podemos aceptar a personas para tratamiento que probablemente no se beneficien o para quienes el tratamiento sería desaconsejable debido a problemas médicos o psiquiátricos subyacentes.
Rodeados
de belleza
IbogaQuest está ubicado en un valle de alta montaña a una hora y media del aeropuerto de la Ciudad de México. Es un pueblo antiguo, dominado por una pirámide que sigue siendo fundamental para la vida cultural de la comunidad.
Existe un próspero espíritu de protección en la montaña. Estamos ubicados en los terrenos ceremoniales del Centro Werika.